sábado, 3 de noviembre de 2012

Reconociéndolo diariamente


Cada día
entra la rutina
toma mis manos
y hace de ellas
lo que sabe.

El día avanza
y por error, o
por necesidad,
encuentro a un desconocido.

Veo sus facciones
su mirada, sus labios
él hace lo mismo.

Con precaución
a veces, decido besarlo,
pasar el día con él.

Al llegar la noche
debo irme.

Veo sus ojos
aprieto sus manos
apresuro los besos
como si me despidiera para siempre de alguien querido
tomo el autobus
miro por la ventana
y, sin saber aún su nombre
pienso:
"Espero que no dejes de ser un desconocido."

No hay comentarios:

Publicar un comentario