De repente

Despierto
con ganas de escribir.

Miro por la ventana intentando encontrar
alguna figura.

Me encuentro un sol brillante,
pájaros cantando en los árboles: vida.

De repente no soy así
sino lo contrario
eso no significa nada
porque de una u otra forma, soy.

Se esconden los ánimos.

Los días calurosos
siento que el frío recorre
cada uno de mis cabellos.

Me siento distante
pero ¿a qué?
esa respuesta resolvería el malestar.

En cama, son las 11.
Aún sin movimiento.

Los pájaros ahora silban más fuerte
¿debería ser eso una motivación?
Tal vez.

Pero creo
mi movimiento
se encuentra en aquello
a lo que le soy distante.

Reconociéndolo diariamente

Cada día
entra la rutina
toma mis manos
y hace de ellas
lo que sabe.

El día avanza
y por error, o
por necesidad,
encuentro a un desconocido.

Veo sus facciones
su mirada, sus labios
él hace lo mismo.

Con precaución
a veces, decido besarlo,
pasar el día con él.

Al llegar la noche
debo irme.

Veo sus ojos
aprieto sus manos
apresuro los besos
como si me despidiera para siempre de alguien querido
tomo el autobus
miro por la ventana
y, sin saber aún su nombre
pienso:
"Espero que no dejes de ser un desconocido."

Andando he andado

Busco una sombra
     todo tan lleno de edificios

                                        mis piernas siguen

comienzo en la calle unión hasta encontrar pasto,
                                                                     plantas, naturaleza.

Muestra
                lo poco que queda de lo que fue
avanzo un poco más.

                                           Me siento entre flores
                                             (aún sin sombra)

        veo hacia atrás:
morado
                        hacia el frente:
                                               naranja.

Lo contaminado se acerca a la vida.
El sol se coloca por encima de mi cabeza
intenta ver lo que escribo:
                            mi sombra no lo deja.

Dolor estático.

El sol se ha puesto,
mis fuerzas siguen resintiendo
los estragos de la explosión.

Miedo al cambio.

Todo parecía normal, tal como la vida avanza. Me encontraba de camino a algún lugar, eventualmente comprendí que no estaba despierta. Podía cambiar por completo esa realidad, mi realidad. Me acerqué a un lago que al fondo tenía una ciudad, estaba fuera de esta, extendí los brazos y comencé a volar. Recorrí ciudades enteras en cuestión de minutos.

Cuando llegó la hora del descenso  pude haber cambiado todo aquél mundo con sólo pensarlo. Sin embargo, nunca llegó a mí una buena idea. Tuve la posibilidad de alterar completamente a mi modo tal lugar pero ninguna idea era extraordinaria, tenía todo el poder, apesar de eso la única idea que me pareció buena a realizar -volar- ya la había experimentado. Después de haber volado no podía siquiera pensar en algo más extravagante que eso.

Al fin y al cabo debo confesar que mi subconsciente, y seguramente mi consciente, no está listo para tal magnitud de libertad, como tengo, tuve miedo de modificar aquél mundo, porque realmente era algo que sabía podría modificar mi mundo interno y con eso yo.

Soledad.

Me siento condenada a no sacar raíces,
           pareciera que todo se muda
                                                para fugarse
por la entrada trasera.

         Estremézcome entre los vientos
busco mi antigua realidad
                                            desapareció
   antes de que pudiera concluir algo.

Soy un fragmento de mí
         no encuentro el resto

                       me pierdo rodeada de mil pasajes

 cuando no puedo hablar de esto.

‘Necesidad creadora’

Me levanté a escribir

estabas ahí,

picando mi panza.

Necesito escribir – te dije.

me miraste y

sin decir nada

tomaste tus cosas

Intenté detenerte

pero estabas decidido

a dejar mis tierras.

Te escribí un mar de palabras

nada fue suficiente

te habías ido

y yo necesitaba escribir.